En 1609 Galileo fue el primero en usar su telescopio para observar los astros conocidos desde la antigüedad y descubrió el relieve de la Luna, las fases de Venus y las lunas de Júpiter. Al año siguiente Galileo mejoró su telescopio hasta los 20 aumentos y al observar Saturno descubrió que tenía una forma extraña, aunque la resolución de la imagen no le permitió distinguir que se trataba de sus famosos anillos. Quién si lo hizo fue Huygens en 1654 con su telescopio de 43 aumentos. Los dibujos que ambos hicieron complementaban las descripciones en sus escritos.
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